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¿Cómo conducir de forma segura con temporal de frío?

¿Cómo conducir de forma segura con temporal de frío?
Miércoles, 26 de enero de 2022

La nieve, las fuertes rachas de viento, la lluvia extrema o el hielo pueden comprometer seriamente la seguridad al volante.

El invierno, pese a soportar índices de movilidad mucho más bajos que otras estaciones del año, se cobra un importante número de vidas en la carretera y una alta siniestralidad. Y es que conducir con climatología adversa añade un plus de peligrosidad a la conducción, dificulta las maniobras, lleva a situaciones delicadas o difíciles de gestionar, sobre todo si no se hace una conducción mucho más prudente. Para afrontar la conducción con las mejores condiciones de seguridad en un temporal de frío, desde Fyvasa te recomendamos seguir los siguientes consejos:

01. Utilizar marchas largas.El primer consejo, aparte de reducir la velocidad, es usar lo menos posible el cambio de marchas y circular siempre con la marcha más larga posible para no perder adherencia al traccionar. En un coche automáticos se debe activar el modo 'Snow' (Nieve) o 'Winter' (Invierno), ya que éstos mejoran el control de la tracción y brindan más estabilidad sobre el asfalto resbaladizo, ya sea por lluvia, nieve o hielo. En caso de estar descendiendo un puerto de montaña, lo mejor es colocar una marcha más corta para que el motor retenga el vehículo. Para subir pendientes, en cambio, se puede volver a utilizar la marcha más larga posible para no patinar sobre la nieve. Y al arrancar es conveniente hacerlo en segunda siempre que sea posible.

02. Aumentar la distancia de seguridad. La distancia de frenada aumenta con el frío de la calzada puesto que resbala más, con lo cual es fundamental en caso de lluvia, niebla, hielo o nieve, aumentar la distancia de seguridad para poder reaccionar ante cualquier imprevisto o situación de peligro. Ante condiciones meteorológicas adversas, el vehículo va a necesitar más tiempo de lo estimado en detenerse.

03. Pisar el freno con suavidad. Otra de las claves para conducir con nieve consiste en detener el coche usando el freno motor. Si hay que pisar el pedal del freno, es necesario hacerlo con delicadeza y no de manera brusca, ya que las ruedas podrían bloquearse y patinar sobre el asfalto resbaladizo. Con la humedad, las pastillas de freno suelen perder eficacia, por lo que si se frena con las ruedas giradas, aumentan las probabilidades de perder el control del coche, por lo que es mejor frenar con las ruedas rectas. En caso de derrape, no hay que perder la calma y evitar el impulso de corregir la trayectoria. Quitar el pie del acelerador y mantener la trayectoria corrigiendo con movimientos suaves del volante.

04. Realizar maniobras suaves. Evitar por todos los medios los volantazos y cambios bruscos de dirección, ya que pueden hacerte perder el control del vehículo. Cuantos menos movimientos rápidos se hagan, mejor se comportará el coche. Circular siempre por las rodadas de otros vehículos y conducir con marchas largas para que las ruedas patinen lo menos posible. En las curvas no se debe girar excesivamente el volante, ya que se podría sufrir un subviraje: las ruedas delanteras perderán adherencia y comenzarán a derrapar. Cuando se inicie la marcha, no acelerar y soltar suavemente el pie del embrague.

05. Respetar los límites de velocidad y anuncios de la DGT. Las inclemencias del tiempo pueden modificar el comportamiento del coche y por ello agravar el peligro en la conducción: cuando llueve o nieva es conveniente aminorar la velocidad. Por otro lado, la DGT utiliza un código de colores para informar a los conductores a qué velocidad deben transitar según las condiciones de cada momento, así como qué vehículos pueden o no hacerlo o si el tramo de carretera está cerrado. Esta información se suele colocar estratégicamente en las pantallas de Tráfico; por ejemplo, si se utiliza el nivel verde, significa que está comenzando a nevar y que está prohibido superar los 100 km/h en autovías y autopistas y 80 km/h en otras vías. Si se pasa al nivel amarillo, los camiones tienen prohibido circular y los turismos y autobuses no puede pasar de los 60 km/h. Con el nivel rojo sólo pueden circular los turismos con cadenas o neumáticos de invierno a 30 km/h y en el nivel negro se prohíbe la circulación.

06. Llevar cadenas y/o neumáticos de Invierno. La nieve en la calzada reduce la adherencia de los neumáticos en la carretera y es muy resbaladiza, por lo que Tráfico recomienda la instalación de dispositivos especiales cuando el asfalto se encuentre cubierto por una capa de nieve. Uno de los instrumentos más utilizados para circular con nieve son las cadenas metálicas. Además, existen las semiautomáticas, con las que se puede circular durante todo el invierno con el soporte instalado sobre la llanta, las fundas textiles, de fácil montaje, y los neumáticos de invierno, muy recomendables en zonas con abundante lluvia y con temperaturas por debajo de los 10 grados. De todas estas alternativas, los neumáticos de invierno son la opción más recomendable porque sustituyen a las cadenas cuando éstas son obligatorias. Se equipan al principio de la temporada invernal y se mantienen hasta el final de la misma, siendo perfectos para su utilización en condiciones de frío, lluvia, hielo o nieve. Para reconocerlos, sus siglas son “M+S” (Mud and Snow) que indican que el neumático es apto para barro y nieve.

07. Viajar equipado. El Reglamento General de Vehículos establece la obligación de llevar en el vehículo dos triángulos de preseñalización del peligro y al menos un chaleco reflectante de alta visibilidad para salir del coche a colocarlos si ocurriese un accidente o avería. Además, se debe llevar una rueda de repuesto y cadenas en caso de que no hayas equipado el coche con neumáticos de inverno. Si se decide salir a la carretera, hay que asegurarse de que se lleva suficiente ropa de abrigo, el móvil con la batería cargada y el depósito de combustible siempre lo más lleno posible. También es interesante llevar mantas, una linterna (y sus pilas), una espátula básica para rascar el hielo, un pequeño botiquín con material básico de primeros auxilios, agua y algo de comer, ante la posibilidad de quedarse bloqueado en algún lugar.

08. Regular la temperatura en el interior del coche. Si está lloviendo o nevando, lo normal es que se empañen los cristales. Para evitarlo, poner el aire acondicionado o el climatizador en frío sin pasar la mano por el parabrisas, ya que se manchará y luego ya será difícil retirar el vaho. La mayoría de coches disponen de un botón en la consola central para desempañar los cristales con rapidez. También se puede abrir un poco una ventanilla para enfriar el interior de manera rápida. Otro consejo es mantener una temperatura de 21 grados aproximada en el interior del coche. Una temperatura más alta empañará los cristales y puede provocar somnolencia al volante.

09. Conducir con las luces encendidas. En invierno suele disminuir la visibilidad, sobre todo cuando nieva. En ese caso, se debe llevar las luces encendidas aunque sea de día. Además de mejorar la visibilidad y detectar las placas de hielo con mayor facilidad, también el vehículo será más visible para el resto de los conductores. Por ello, habrá que optar por las luces cortas, de cruce o antiniebla, y haber revisado su estado antes de iniciar el trayecto. Si hay niebla, nunca hay que encender las luces largas porque la humedad la dispersará y se produciría el peligroso efecto pantalla.

10. Consultar la previsión metereológica. Antes de ponerse al volante cuando las condiciones climatológicas son difíciles, lo primero que se debería tener en cuenta es valorar si realmente es necesario coger el coche en esas circunstancias. Consultar el parte meteorológico antes de salir a carretera es una regla de oro para evitar sorpresas. Si se decide conducir, mentalizarse que el viaje posiblemente sea más lento y difícil que en condiciones normales y que las prisas son malas compañeras de viaje.

11. Hacer una revisión del vehículo en un taller profesional. Con la llegada del frío y el mal tiempo, es fundamental hacer una revisión de todos los elementos del vehículo: batería, niveles de líquidos (refrigerante, aceite, lavaparabrisas y frenos), limpiaparabrisas, neumáticos, sistemas de alumbrado, fitros, pastillas y discos de freno, calefacción, etc.

Una inspección preventiva en nuestro taller permitirá detectar averías con prontitud, con el fin de solucionarlas a tiempo sin correr ningún tipo de riesgo.

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